9. Confrontando la Identidad
Imágenes de Indigenous Woman (2018), de Martine Gutierrez
Imágenes de Indigenous Woman (2018), de Martine Gutierrez
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Contra la pared central índigo, tres vibrantes retratos miran intensamente hacia afuera, confrontando las tradiciones de la pintura formal que a menudo sitúan al sujeto femenino mirando lejos del contacto visual directo. Al romper la cuarta pared, los retratos de Martine Gutierrez consiguen una participación activa con su audiencia.
En estas obras, Guitierrez ha adoptado varios roles imaginarios para enfrentar y explorar preguntas de identidad, género, apropiación cultural y colonización. En su trabajo completo, Indigenous Woman (2018), Gutiérrez crea un mundo de alta costura al documentar su metamorfosis en diosas y íconos de la moda mesoamericanos y de África occidental. Durante cuatro años, desempeñó los roles de directora de arte, fotógrafa y modelo para completar una sola edición de una impresionante revista de 124 páginas. Cada personaje y escenario de los retratos está adornado con flores metálicas, telas con estampados brillantes, fondos de colores rosa y verde intenso, ojos puntiagudos y coloridos, y joyas ornamentadas que realzan su belleza.
En Indigenous Woman, cada dios presentado, muchos de los cuales combinan características masculinas y femeninas, posee una identidad única plasmada en sus elaboradas esculturas de cabello, maquillaje dramático y accesorios extravagantes. En ‘The Flower Prince’, de Xochipilli, la imagen más a la izquierda, Gutiérrez personifica a Xochipilli, una benevolente deidad azteca del exceso y fertilidad que estaba asociada con banquetes, flores, placer, baile, pintura, alucinógenos, juegos y creatividad artística. Del mismo modo, Demons, Chin ‘Demon of Lust ‘ a la derecha, muestra a Gutiérrez como Chin, también conocido como Chen, una deidad maya del maíz, de la magia y un consejero de los reyes, también asociado con la luna. Principalmente femenino, Chin también se representa como masculino y fue demonizado por los españoles por estar estrechamente asociado con la homosexualidad. Gutiérrez, que es Maya Indígena, tomó inspiración tanto de la belleza de lo divino como de la fealdad de la opresión colonial para crear imágenes que cuestionan los binarios rígidos de masculino/femenino, sagrado/profano e indígena/colonizador.
Actuando como un conducto, ella proporciona un marco – a través de un gesto, una habitación, un intercambio entre personajes – que alienta un discurso entre el espectador y la obra, un discurso que requiere que el espectador cuestione propia percepción del sexo, del género y de los grupos sociales. Gutiérrez es conocida por criticar regularmente el mundo visual y económico de la alta costura, y trabaja para subvertir las normas establecidas al actuar como un icono de la moda por sí misma. En la fotografía central, se presenta en el escenario de una sesión fotografica de moda sentada contra un exuberante telón de fondo verde, como el arquetipo del modelo en Queer Rage, Imagine Life-Size, and I’m Tyra. Esta imagen, originalmente presentada como una doble página en Indigenous Woman, estaba acompañada de una lista de todos los diseñadores que llevaba, entre los que se incluían marcas como Versace, Vivienne Westwood y Prada, así como artículos de segunda mano de Goodwill. Esta imagen, que examina la apropiación por parte de la corriente dominante de las tradiciones y de la estética de los estampados indígenas, es una crítica a las grandes marcas de moda que imponen la cultura indígena en representaciones anticuadas y confusas sin tener en cuenta la tradición o el entorno. A medida que Gutiérrez compone el resto de la imagen, incorpora animales exóticos retocados con Photoshop, lo que subraya la naturaleza artificial de la escena. Estos tres retratos, presentados fuera del contexto del formato de revista, crean un mundo visual y un lenguaje sorprendente que invita a la investigación y la reflexión.